martes, 13 de marzo de 2012

RESEÑA HISTORICA DE LA DANZA DE LA PISHTA


DEPARTAMENTO: UCAYALI
PROVINCIA: CORONEL PORTILLO,ATALAYA
CAPITAL: PUCALLPA

DEPARTAMENTO DE UCAYALI 

1.     RESEÑA HISTÓRICA

Las primeras etnías que poblaron la zona, donde hoy se ubica el departamento de Ucayali, fueron los panos.


Entre primitivos habitantes se localizaron a lo largo del extenso río Ucayali (1,600 kilómetros de longitud y uno de los medios de comunicación más importante de la Selva). Actualmente existen en esa región grupos culturales descendientes de la familia lingüística pano, como los shipibos, conibos, shetebos y pisquibos.


Pucallpa (tierra colorada, en idioma shipibo) es capital de Ucayali fue fundada en 1940. Gracias a la construcción de la carretera que la conecta con Huanuco, dejó de ser un campamento de cazadores, pescadores y trabajadores empleados en extraer el caucho, para crecer vertiginosamente y convertirse en la ciudad más importante de la Selva baja. Ucayali se separó de Loreto y en 1980 pasó a ser departamento


2.     DEPARTAMENTO DE UCAYALI

Ubicación: El departamento de Ucayali se ubica en la parte central y oriental de nuestro territorio. Su clima es cálido-húmedo con abundantes precipitaciones fluviales
Límites: por el norte con Loreto; por el este con Brasil y Madre de Dios; por el sur con Madre de Dios, Cusco y Junín; y por el oeste con Huanuco, Pasco  y Junín

Superficie: 102,410 kilómetros cuadrados.

Población: 366,912 habitantes

Capital: La ciudad de Pucallpa

Provincias: se divide en cuatro provincias
-Atalaya
-Coronel Portillo
-Padre Abad
-Purús

Producción Agropecuaria: arroz, maíz, fríjol, yuca, café, cacao, tabaco, caña de azúcar, palma aceitera, limón y otros frutales

Producción Ganadera: ganado vacuno mejorado, resultado del cruce del cebú con otras razas. Otras especies son las de porcinos y equinos

Producción Minera: petróleo, gas, oro y uranio.

Producción Pesquera: sus ríos y lagunas poseen grandes reservas ictiológicas, con especies diversas como bagre, boquichico, acarahuazu, carachama, corvina, chambira, paiche, sábalo, entre otras.


Producto Bruto Interno: 1,486 millones de nuevos soles (1996).


3. HISTORIA

UCAYALI PREHISPÁNICO

Según los primeros cronistas de la Conquista, el río Ucayali fue conocido en tiempos prehispánicos con el nombre quechua de Apumayu (“gran río” o “río dios”). En verdad, éste era una denominación empleada por los incas, tan ajenos a la región como los españoles.

Los misioneros y exploradores que ingresaron  a la región en el siglo XVI encontraron que las etnias nativas, en su mayoría de la familia lingüística pano, llamaban al río Ucallale (“unión de ríos”).

No obstante la llegada temprana de chibchas y arahuacos, es la familia étnica pano la que ha tenido una presencia extendida y persistente en la región. Según Donald Lathrap (1958), grupos panos ocuparon el curso del Ucayali desde por lo menos el siglo X de nuestra era. Llegaron ya subdivididos en grupos rivales, como los shipibos, conibos y shetebos.

Según Betty Meggers, los panos fueron portadores de una cultura agrícola incipiente, practicada en forma alternada como parte de un amplio circuito migratorio estacional. Esta agricultura primaria se basa en el aprovechamiento de las tierras aluviales, llamadas várzeas por los especialistas, pero que en el castellano lugareño se conocen como barriales o barrizales. El Ucayali se caracteriza por originar periódicamente tales espacios fértiles. Que mediante canalizaciones y contrafuertes pueden dar lugar a cultivos de cierta regularidad.

La presencia rotatoria de los panos en sembríos y campamentos, establecidos en extensas áreas ribereñas, dejando muchos asentamientos aparentemente abandonados durante temporadas, motivó que fueran llamados “indios invisibles” por los primeros exploradores españoles.

También era usual considerarlos grupos débiles y desarraigados, confundiendo la familia con la unidad étnica o “tribu”. Y es que los panos solían formar una familia grande bajo un mismo techo, llamado maloca o cocamera, a cargo de un patriarca. En algunos casos convivía con ellos un curaca o jefe guerrero o un “brujo” o “chamán”, cuya influencia abarcaba a muchos grupos. Los distintos clanes o malocas tenían ubicaciones y espacios de caza y siembra conocidos por sus consanguíneos, y contaban con formas acostumbradas de convocatoria para trabajos comunales, fiestas y, por supuesto, para la guerra.

Los primeros misioneros recogieron historias sobre guerras entre shipibos y shetebos – ambos de origen pano, por el área comprendida entre los actuales ríos Abujao y Sesea. Los shipibos lograron imponerse e incluso incorporar a los shetebos a sus clanes. Algo similar ocurrió con los conibos y los shetebos. Ciertos grupos shipibo-conibo-shetebos recibieron el apelativo de “chamas”, pero no se trata de una denominación aceptada por ellos mismos.

A su vez, los cashibo-catacaibos se unieron para desplazar a los shipibos en la zona del Purus, en una lucha cruenta y prolongada. Algunos documentos mencionan a los cashibos como muy belicosos y practicantes  de la reducción de cabezas, como los jíbaros del Alto Amazonas.

Otra etnia presente en tiempos prehispánicos sería la de los tupíguaranís, cultura matríz de grupos étnicos como la cocama-cocamillas.

UCAYALI TIEMPOS COLONIALES

El descubrimiento hispánico del río Ucayali fue hecho por el conquistador Juan Salinas de Loyola el 29 de octubre de 1560 (29 de septiembre de 1557, según la Historia  de las misiones franciscanas en el Perú, de Bernardino Izaguirre); pero entonces no se fundó ningún asentamiento hispánico en sus márgenes ni se frecuentó la navegación del río.

Las primeras “entradas” misioneras al Ucayali no fueron exitosas. Las inició en 1641 el franciscano Fray Matías Illescas, acompañado de Pedro de la Cruz y Francisco Piña, grupo que inició su travesía en el Perené. Surcó el Tambo e hizo un largo recorrido por el Ucayali hasta la confluencia con el Aguaytia. Illescas fue recibido amistosamente por los Conibos y él les mostró las bondades de las herramientas de hierro. Pero al intentar aproximarse a los shipibos fue muerto por éstos.: Luego, en 1657, el padre Alonso Caballero penetró con similar infortunio a zona de la unión del Tambo y el Ucayali.

En 1673 inició sus travesías el franciscano Manuel de Biedma, quien intentó llegar al Ucayali luego de recorrer los ríos Ene y Perené, en la zona entre el Pangoa y el Sonomoro (hoy perteneciente a Junin). Fundó a la usanza española la aldea de Santa Cruz de Sonomoro el 11 de mayo de 1673. Al no poder lograr la colaboración de los nativos como peones agrícolas, los primeros colonos españoles abandonaron el lugar. Finalmente la misión religiosa tuvo que ser cerrada en 1675 por el ataque incesante de los nativos.

En 1676 Biedma abrió un camino de trocha desde San Buenaventura hasta el punto de unión de los ríos Ene y Perené. En un paraje del Perené, tres leguas antes de la unión con el Ene, fundó el puerto fluvial de San Luis. Luego siguió por el río Tambo hacia la unión con el Ucayali, en cuyas cercanías fundó San Miguel de los Conibos. Persistió en su esfuerzo misional y de colonización hasta 1678, cuando murió a manos de los piros surcando el río Tambo, camino a San Miguel de los Conibos.

En 1686 ingresó a la región, siguiendo la misma ruta (Tambo-Ucayali), el padre Antonio Vital, para informar sobre los problemas de jurisdicción de franciscanos y jesuitas. Estos últimos objetaban la excesiva iniciativa de los primeros en una zona donde creían tener preeminencia. Vital debía informar sobre la existencia, o no, y el grado del progreso de las misiones franciscanas.

Por la misma ruta Tambo-Ucayali había ingresado a la región, en 1685, el franciscano Pedro Laureano, natural del Callao, con los españoles Juan de Navarrete y Juan Alvarez, Estos navegaron en una balsa “de 8 palos” por los ríos Perené, Tambo y Ucayali, con destino a San Miguel de los Conibos. Ese mismo año dos jesuitas, Enrique Richter y Franciscano Herrera, dieron inicio a la presencia de esta orden en el Ucayali, intentando establecer su primera misión más allá de San Miguel de los Conibos, en territorio frecuentado por los shipibos.

En 1687, el franciscano Antonio Vital realizó la proeza náutica de navegar por el Ucayali desde el Tambo, en el extremo sur, hasta su confluencia con el Marañón, en el norte. Luego siguió por el curso del Marañón hasta el río Huallaga.

El trabajo misional empezó a mostrar mejores resultados entre  1690 y 1720. En 1707. Según el historiador Dionisio Ortiz (1984), el padre jesuita Manuel Fritz cambió al río el nombre de Apumayo o Apuparo – como también lo llamaban los cronistas – por el de Ucayali.

En 1742 la ruta de entrada al Ucayali por el Perené fue dominada por los rebeldes de Juan Santos Atahualpa. Su invicta rebelión, iniciada en la zona de Chanchamayo (Junin), derivó en una gran migración colonizadora quechua que en su camino al Ucayali destruyó las misiones del Sonomoro, Pangua y Tambo.

En 1756, el padre Alonso de Abad navegando por el Huallaga en dirección al Ucayali, intentó abrir una ruta desde el río Monzón. Al año siguiente intentó explorar una nueva ruta, siguiendo la senda de Tulumayo, auxiliado por guías Panatahuas. Entonces (25 de mayo de 1757) descubrió el célebre boquerón que hoy lleva su nombre, que franquea fácilmente la Cordillera Azul y da ingreso a la Pampa de Sacramento. En el río Aguaytia, Abad construyó balsas y se aventuró a seguir su expedición, que tuvo que interrumpir al ser atacado por cataibos.

En 1766, dos misiones franciscanas establecidas en 1760 cerca del Ucayali, sobre el río Aguaytia, donde ya habían empezado a llegar algunos colonos, fueron arrasadas por la rebelión de los caudillos Rungato y Torote, quienes unieron una fuerte hueste de shipibo-conibo-shetebos para su propósito.

El conocimiento geográfico de la región del Ucayali adelantó sustantivamente gracias a las exploraciones practicadas por Fray Narciso Girbal en 1790, quien logró fijar la ruta de comunicación directa entre los ríos Huallaga y Ucayali. También es importante el aporte de fray Manuel Sobreviela, autor del primer plano de curso completo del Ucayali – publicado en el Mercurio Peruano, en 1791, bajo el título de “Plan del curso de los ríos Huallaga y Ucayali, y de la Pampa del Sacramento” – y descubridor de la ruta de penetración vía los ríos Mayro-Palcazu-Pachitea.

UCAYALI TIEMPOS REPUBLICANOS

Durante las primeras décadas del Perú republicano, el actual territorio de Ucayali se mantuvo bajo un velo de misterio. El conocimiento de la geografía del Ucayali y de las características y costumbres de sus pobladores nativos no avanzó más allá de los recuentos de viaje de los frailes franciscanos Narciso Girbal y Manuel Sobreviela, y de los informes de Francisco Requena, coronel de ingeniero y gobernador de maynas, todos ellos escritos entre 1790 y 1792 y publicados por Hipólito Unanue en el Mercurio Peruano.

Después de 1850 empieza una creciente preocupación por redescubrir la cuenca amazónica y la región del Ucayali. Un hito importante de este proceso fue la creación, en 1866, del departamento de Loreto, dentro del cual Ucayali pasó a formar parte de la vasta provincia del Huallaga.


4.   Nace Pucallpa

La ciudad de Pucallpa se formó gradualmente sobre la margen izquierda del Ucayali, en un meandro fluvial que con el tiempo ha ido modelando su lecho más al este, dejando entre el curso nuevo y el antiguo un espacio creciente de várzeas o tierras aluviales, utilizadas para sembríos. El nombre Pucallpa viene del quechua (“tierra roja”) y alude al suelo arcilloso encontrado allí por los exploradores. En lengua pano se conoce este lugar como may ushin (también “tierra roja”).

Desde 1850, el apostadero de Pucallpa empezó a poblarse con pioneros. Una expedición del fraile Fernando Pallares, prefecto de misiones, al Alto y Bajo Ucayali, realizada en 1854, indica que encontró “ocho familias”.
Durante la primera navegación a vapor del mayor Adrián Vargas por los ríos Pachitea y Ucayali, en 1866 reportó 65 habitantes en Pucallpa.
El 20 de Junio de 1879, en el villorrio Pucallpa, el padre Agustín Alemany realizó el primer bautizo.

5.     DIVISION POLÍTICA

CORONEL PORTILLO
La mayor de las provincias de Ucayali. Limita por el oeste con los departamentos de Huanuco y Pasco y por el este con el Brasil. Comprende gran parte de la cuenca del río Ucayali y sus afluentes (Aguaytia, Tamayo y Tahuanìa, entre otros). Eminentemente tropical, la región se extiende sobre una amplia red fluvial que baña la llanura amazónica.
Los ríos son aquí fuente de alimentos y principales vías de comunicación. Son famosos por su belleza y dimensiones los lagos de Yarinacochas, ubicado muy cerca de la ciudad de Pucallpa, y de Inuria y Chioa, aguas arriba. Su capital, Pucallpa, es también capital del departamento y el principal eje comercial de la región amazónica central. Ubicada a una altura de 220 m.s.n.m. en la margen izquierda del río Ucayali, posee un clima cálido y húmedo, típico de la selva amazónica.
El nombre de Pucallpa se deriva de las voces quechuas: puca, “rojo”, y allpa “tierra”, en alusión a la arcilla o greda rojiza que abunda en la región. Tierra ancestral de grupos étnicos cashibos y shipibos, se dice que la altura en la que se encuentra la ciudad era codiciada por los grupos indígenas por ser terrenos propicios para la agricultura. Hasta fines del siglo XVIII fue fortaleza inexpugnable de los indios cashibos, hasta que llegaron los sacerdotes y misioneros franciscanos.
En mayo de 1883, un grupo de sanmartinenses aventureros llegó hasta el punto denominado Mayushín, y levantó  allí un apacible caserío que más tarde sería el origen de la ciudad actual. Pucallpa fue fundada el 13 de octubre de 1888 y se convirtió 92 años más tarde en la capital del departamento de Ucayali. La ciudad de Pucallpa era – desde mediados del siglo XIX hasta entrado el siglo XX – un pequeño campamento de exploradores, cazadores y caucheros.

No fue sino hasta la construcción de la carretera que la unió con Huanuco, que la ciudad  inició un proceso de crecimiento sostenido, expresado en un aumento dramático y desordenado de las actividades comerciales, más no en la oferta de servicios. Con el paso de los años, Pucallpa se convirtió en la segunda ciudad de la Amazonía Peruana, teniendo en el comercio, la explotación de maderas duras, la elaboración de cerveza y las actividades portuario – fluviales en conexión a Iquitos (a 590 kilómetros o cuatro días de viaje por río) sus principales fuentes de ingreso.


6.     LOS SHIPIBO – CONIBOS
Se denominan a sí mismo como joni y pertenecen a la gran familia lingüística pano. Su amplio territorio ancestral cubre buena parte del departamento de Ucayali; la provincia de este nombre en el departamento de Loreto; algunas zonas de la de Tambopata, en Madre de Dios, y el distrito de Honoria, en Huanuco. Según el último censo nacional (1993), eran alrededor de 20.000 individuos los que se reconocían como shipibo-conibos, aunque este número podría ser mayor, teniendo en cuenta las dificultades para acceder a algunas de sus comunidades.
Su contacto con el mundo occidental fue, como sucedió prácticamente con todas las etnias amazónicas, traumático y lleno de incidentes, con una alternancia de sublevaciones y acciones punitivas. A su territorio ingresaron durante los siglos XVII XVIII diversas expediciones de misioneros jesuitas y franciscanos, que no pudieron establecerse sino hasta fines del siglo XVIII. También se sabe que existían rencillas entre los propios grupos indígenas de shetebos, shipibos y conibos, las que fueron exacerbadas por la presencia del hombre blanco. Sin embargo, hacia 1765 se produjo una gran rebelión encabezada por un líder shetebo, Runcato, que expulsó a los misioneros.
No se sabe cuántos habitantes existían entonces en la zona. Se tiene noticias, sí, de los grandes estragos que causaron entre éstos las epidemias traídas por los blancos. Aunque éstos traían objetos que desde el principio les interesaron, como las herramientas de hierro, su temor al contagio hizo que reaccionen con violencia o se mudaran a territorios más lejanos
El proceso de fusión de shetebos, conibos y shipibos empezó a darse a principios del siglo XIX y se completó durante el XX. En gran parte esto se debió a su declinación poblacional y a las presiones de los foráneos, acentuadas sobre todo durante la “época del caucho”, cuando la necesidad de mano de obra llevó a los patrones a reclutamientos compulsivos que no distinguían entre los grupos nativos y los obligaban a convivir.
También los misioneros católicos, y luego los protestantes, impulsan una suerte de reacciones indígenas, agrupando a éstos en poblados que son el origen de las actuales comunidades.
Naturalmente, este proceso se aceleró cuando surgieron las ciudades de la zona, que atraen, aunque sea a su periferia, a la población shipibo-conibo.
La necesidad de bienes producidos por la sociedad moderna llevó a los shipibos conibos a cambiar sus hábitos de vida. No solo buscaron emplearse  con los patrones del caucho o los dueños de puestos agropecuarios, sino también empezaron a producir para el mercado local. Así, ahora las comunidades cultivan arroz, plátano, maíz, para venderlos, lo mismo que extraen animales de la selva, también para comercializarlos como carne (seca, sobre todo) o vivos, y, sobre todo, madera para los florecientes aserraderos ucayalinos.
En los últimos años, la artesanía, que antes había sido solamente utilitaria, ha devenido en un rubro importante de ingresos para los shipibos-conibos. El merecido reconocimiento que han obtenido sus telas pintadas, adornos, cerámica, y trabajos en madera, ha hecho que tengan una buena aceptación entre los turistas que visitan la zona y que, incluso, se exponen en cantidades limitadas.
Un factor importante en el progreso de las comunidades shipibo-conibos han sido los programas de educación bilingüe, aunque todavía la difusión y el nivel de educación entre ellas no es la deseable, pues existe un alto porcentaje de analfabetismo y deserción escolar. Hoy, sin embargo, hay organizaciones que promueven los valores ancestrales de esta etnia y defienden sus derechos, como la Federación de Comunidades Nativas del Bajo Ucayali (FECONBU), el Organismo de Desarrollo Shipibo (ORDESH) o la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali (FECONAU), entre otras.

7.     PROCEDENCIA DE LOS BORDADOS TELARES

Leyenda Cashinahua : “la araña basnemporo”

¿Nunca vieron entre las ramas de los árboles, escondida tal vez pero impecable, una enorme y hermosa tela de araña? ¿Alguna vez han visto cuando al amanecer las gotas de rocío y el reflejo de los rayos de sol la hacen brillar como si se tratara de un tejido de hilos de vidrio?.
Trabajadora incansable, la araña se pasa la vida tejiendo su tela. Es tan hábil que la mano del hombre le envidia su maestría.
Dicen que los antepasados de los cashinahuas se vestían con hojas de plantas porque no sabían hilar ni tejer. Un buen día una araña llamada Basnemporo se compadeció de ellos y decidió ayudarlo. Se le ocurrió una idea mágica: transformarse en mujer, ir a vivir con los cashinahuas e hilar y tejer para ellos, ya que mucha falta les hacía.

Tan pronto Basnemporo se instaló en la ladera, corrió la noticia de que había llegado una mujer que practicaba el arte del hilado y el tejido. Los pobladores comenzaron a llevarle montoncitos de algodón, que Basnemporo convertía en vestidos, mantos y telas para los más diversos usos.
Un día, Cashinahua le llevó cuatro enorme canastas llenas de algodón, y le encargó que le fabricara una hamaca y varias prendas de vestir.
Cuatro días después, la mujer fue a la casa de Basnemporo para recoger sus cosas.Cuál no sería su sorpresa al darse cuenta de que éstas no estaban listas.
- ¡Qué barbaridad! – dijo la mujer, poniéndose las manos en las caderas - ¿Dónde está mi hamaca y todo lo demás? – Y añadió:
- ¡Devuélvame  el algodón que le di!
- ¡Imposible, buena mujer – respondió Basnemporo – Me tragué todo el algodón para…
- ¡Se ha tragado mi algodón, se ha tragado mi algodón! – la interrumpió gritando la mujer - ¡es una ladrona!
La desagradecida no quiso escuchar la explicación de Basnemporo: en primer lugar ella necesitaba tragarse el algodón para que una vez digerido saliera convertido en hilo; recién entonces podía empezar a tejer. La mujer le había dejado tanto algodón, que la araña no había tenido tiempo de transformarlo en hilo. Pero la dueña  de la cuatro canastas de algodón estaba furiosa y fue de casa en casa contándole a la gente que Basnemporo le había robado su algodón.
Los rumores corren como el viento, siempre dan la vuelta y regresan: la araña se enteró de lo que se decía de ella por boca de una amiga y se enojó muchísimo. Apuró su trabajo, terminó la hamaca y las demás prendas, y llamó a la mujer que le había difamado.
-      Aquí tienes tus cosas – le dijo – Y también este ovillo de hilo que ha sobrado. Recoge todo y vete. Sé que has estado hablando mal de mí. No quiero saber nada contigo ni con tu pueblo. La mujer, avergonzada, se marchó sin decir palabras.

Al día siguiente, Basnemporo fue a casa de su única amiga y le dijo:
- Me he cansado de vivir aquí.
Cuando vine, lo hice con la intención de ayudarlos. Pero no han sabido apreciar mi buena voluntad.

Así que nunca volveré a trabajar para ustedes. Cómo tú has sido mi amiga, te voy a enseñar los secretos del arte de hilar y tejer. Por tu cuenta podrás transmitirlos a los demás.
Así lo hizo, y enseguida desapareció y volvió a adoptar su forma original.
A partir de entonces, gracias a las enseñanzas que dejó Basnemporo, las mujeres cashinahuas saben hilar y tejer con gran habilidad, aunque quizás jamás logren la perfección y delicadez de la tela de araña.
“Este relato es una adaptación de una leyenda cashinahua, recogida por el antropólogo André-Marcel del informante Bishko Hinakene (hombre nativo) o Raúl Díaz Jiménez (nombre castellano), y publicado en el libro del primero: La verdadera Biblia de los cashinahuas.
Mosca Azul, Lima, 1975. La población cashinahua se sitúa en la región amazónica, cercana a la frontera del Perú con Brasil. En el Perú, los cashinahuas viven sobre el río Curanjá, afluente de la margen izquierda del Purús, departamento de Ucayali. El origen de esta leyenda se remonta a la época en que los cashinahuas migraron junto con otros pueblos panos, hacía los alrededores del Ucayali central.


8.     PANORAMA CULTURAL DE UCAYALI

 FOLKORE

Es motivo de alta estima la obra de Laureano del Aguila Córdoba, autor del himno Pucallpino; y la de Javier Cisneros Rengifo, cuyo anhelo Pucallpino fue canto de batalla popular durante las jornadas por la creación del departamento en 1976. Entre los cultores de la música de cámara, Giacomo Franchini, autor de Divina Montaña, ha tratado de rescatar formas melódicas y ritmo poco conocidos de la cultura ribereña ancestral.
La danza fue fomentada en los años 1960 por Jaime Wong Popolizio, ya fallecido, junto a Juan Grande, quienes crearon coreografías y escenificaciones basadas en mitos y leyendas del Ucayali. Son muy recordadas sus temporadas de teatro y danza en el Teatro Rex de Pucallpa. Wong también formó el grupo de música y danzas. Los mensajeros del Ucayali, cantera de destacados valores.
En los años 1970 realizaron una obra notable los grupos de arte escénico Estampas y Curuinse. También pertenece a esta generación un grupo de arte enunciativo y didáctico que estuvo en actividad entre 1973 y 1976: los juglares del Tercer Mundo, formado por Nilda Barbarán, Wilmer Cárdenas, Carlos Ochoa, Ricardo Cavero y Miguel Mego.


DANZA TRADICIONAL DE LA PISHTA

Esta Danza es un Ritual que se realiza en los Caseríos Shipibos, Conibos del Alto Ucayali. Una Fiesta Sagrada donde se presenta la Fuerza y la Belleza de la Mujer Shipiba. Celebrada y apreciada como la niña que pasa a ser mujer en este caso la mujer del Curaca le saca el Clitoris para no tener mal olor y así no tener marido a corta edad.



Antes del Ritual se da inicio al Ani-Pistha antesala a la Pistha donde las mujeres preparan y adiestran a la niña. Si al pasar el tiempo la niña sigue siendo ejemplo del pueblo Shipibo pasa a ser la santa cocama.

Música: Esta danza es un ritmo ritual , al son de la Quenilla, Tambor, Bombo, Manguare, Maracas.

9.     VESTUARIO
El vestuario es autóctono y de uso diario , ya que los shipibos tenían un arte del bordado y pintado muy característico y original, es por eso que la vestimenta femenina mantiene sus características étnicas ,por lo que en la danza patati se muestra uniformidad en algunos implemento.

·       VARON

  • Taparrabos: Que era elaborado a base de telas y detalles de figuras geométricas
  • Collares cortos: elaborados de semillas diversas como escamas de paiche, achira, cocana, etc.
  • Macanas, lanza o llamado también bisquiati / shaquiti: elaborado de cashapona o pona según el uso de los shipibos.

·       MUJER

  • Corona bordada: Que era elaborado a base de telas y detalles de figuras geométricas
  • Shishonte: falda envolvente de color negro o blanco bordado característico de los shipibos existen tres tipos:
  • Tocuyo queneya: tela blanca pintado de negro con figuras geométricas.
  • Chopa quehueya: tela negra bordado con hilos color blanco y de colores.
  • Yoman chopa quehueya: tela blanca con bordados en negro y de colores.
  • Blusa: confeccionado de tela ligera con adornos en la parte de abajo y  en el pecho, .puede ser de colores diversos y vivos.
  • Collares cortos: elaborados de semilla diversos como escamas de paiche, achira, cocana, etc.
  • Cinturón: elaborados de semillas diversas alrededor de cintura. En la actualidad usan la mostacilla para la confección de estos cinturones.
10. MUSICA
La música es netamente autóctona de la zona de Ucayali con instrumentos elaborados por los mismos lugareños como:

  • Bombo: Elaborado de madera o chonta con dos aros del mismo material, piel de sajino o de venado selvático que le da el sonido característico y soguilla para el ajuste.
  • Redoblante o tambor Elaborado de madera más pequeño que el bombo, con dos aros del mismo material, placa de radiografía, cuero de venado o carachupa, que le da el sonido característico además de soguilla para el ajuste en  el centro.
  • Quenilla o quena: Elaborado de bambú , madera, plástico o aluminio, algunos de ellos tienen afinación pentafonico, es decir son de cinco huecos y otros son normales siendo un instrumento particular mente infaltable en la selva.
  • Maracas: Elaborado de coco, con semillas pequeñas de achira u otros, tienen dos sonidos muy particulares uno es de hembra y el otro es de macho.
Todo esto va conjuntamente de guapeos y sonidos de animales que le dan un toque característico de la zona.

11. SIGNIFICADO DE SU PINTADO

La geometría es la idea fija del arte shipibo-conibo ,no es únicamente el sueño, ni la pareja humana el lugar geométrico del amor, sino así mismo el mundo de acá y del amas allá. he aquí entonces que apartir de la geometría ,el arete se liga con la religión y la medicina ,en una estrecha trinidad.
Además del creador, el diligente shaman se encarga de procurar figuras geométricas, entresacarlas de la recóndita morada de los espíritus y transmitírselas a la comunidad, cuyos habitantes mas sensitivos las materializan en tales circunstancias, los dibujos resultan mensajes recibidos desde la ultratumba y comunicados por el dibujo de la tribu al artista creador.
De acuerdo a los expertos, el origen de los shipibos se remonta a unos 1,200años
Pero quienes pintan y moldean son exclusivamente las mujeres que han asumidos los poderes plenos de la imaginación, las mas sobresalientes son las que practican severas disciplinas espirituales y físicas, que comprenden el ayuno, la continencia y el empleo de plantas medicinales.
Los orígenes del arte shipibo se remontan al encuentro entre la mitología ancestral y los modelos cósmicos, esos universos separados entre si configuran el natalicio y el destino de esas creaciones inmemorables.
La cerámica, el suelo y el cielo están encerrados en un laberinto elemental mediante ornamentos geométricos, combinaciones, rombos y cruces, la presencia decisiva de un cuerpo de cruces alrededor de una gran cruz central, la Aparicio de serpientes sagradas la orientación de los puntos cardinales y los arabescos con proyecciones lineales.
Los creadores shipibos destinan una parte importante de sus producciones para el uso ritual, para conservar el equilibrio ecológico, para agradar a los dioses, para alejar el maleficio, para avivar el amor, para festejar el solo hecho de vivir, y para imponer su cultura mítica a través de sus leyendas.

17 comentarios:

  1. m sirv io bastant yeeeeeeeeee

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  2. la musica daaaaaaaaaaaaa

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  6. grasias me sirvio de mucho para un trabajo

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  7. esto hara q el tineo me ponga 20 :,v

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  8. me interesa la linea del tiempo de la pishta hasta que año seguia esa tradicion o aun se practica

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  9. que interesante conocer nuestra cultura hay mucho mas por informar e investigar

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  10. aclaracion,,,,,,,los shipibos nunca utilizaron taparrabos,,,,,,no entiendo porque dan la informacion errada.......LOS SHIPIBOS UTILIZARON Y UTILIZAN LAS CUSHMAS,,,,TIPO TUNICAS,,,}
    GRACIAS.

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